Heridas emocionales de la infancia: cómo influyen en la vida adulta

Las experiencias de la infancia dejan una huella profunda en la forma en que pensamos, sentimos y nos relacionamos. A veces, esas vivencias pueden convertirse en heridas emocionales que siguen presentes en la vida adulta, aunque no siempre seamos conscientes de ello.

En este artículo te cuento qué son las heridas emocionales, cómo se manifiestan y de qué manera la terapia puede ayudarte a sanarlas.

¿Qué son las heridas emocionales de la infancia?

Las heridas emocionales son el impacto psicológico que dejan experiencias dolorosas o carencias afectivas vividas en la infancia. No siempre se trata de situaciones extremas; también pueden ser pequeñas vivencias repetidas en el tiempo que afectan a la manera en que aprendemos a vernos a nosotros mismos y a los demás.

Algunos ejemplos son:

  • Falta de atención o afecto.

  • Exigencia excesiva.

  • Rechazo o críticas constantes.

  • Conflictos familiares intensos.

  • Experiencias de abandono, separación o pérdida.

¿Cómo influyen en la vida adulta?

Estas heridas pueden moldear nuestra autoestima, la forma en que gestionamos las emociones y el tipo de relaciones que establecemos. Algunas señales que pueden indicar que esas experiencias de la infancia siguen teniendo un peso hoy son:

  • Dificultad para poner límites y miedo a decepcionar a los demás.

  • Baja autoestima o sensación de no ser suficiente.

  • Relaciones de pareja o amistad inestables.

  • Ansiedad o miedo al abandono.

  • Dificultad para confiar en otras personas.

  • Autocrítica excesiva o sensación de vacío.

¿Cómo puede ayudarte la terapia?

La terapia es un espacio seguro donde comprender cómo esas experiencias pasadas están influyendo en tu presente. Desde un enfoque integrador, basado en trauma, apego y terapia sistémica, trabajamos en:

  • Identificar el origen del malestar y ponerle nombre.

  • Sanar las heridas emocionales desde una mirada compasiva.

  • Fortalecer tu autoestima y tu seguridad interna.

  • Construir relaciones más sanas y equilibradas.

  • Aprender nuevas formas de gestionar las emociones en el día a día.

Conclusión

Sanar las heridas emocionales de la infancia no significa borrar el pasado, sino aprender a relacionarnos de una forma diferente con esas experiencias. A través de la terapia psicológica, es posible aliviar el dolor, recuperar la confianza y abrir la puerta a vínculos más sanos contigo y con quienes te rodean.

Si te sientes identificado/a con alguna de estas situaciones y quieres empezar a trabajarlas, puedes pedir tu sesión de terapia online o en Madrid rellenando el formulario o a través de WhatsApp

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